21 de abril de 2018

RECHAZAMOS LA PRIVATIZACIÓN DEL SERVICIO DE RESTAURACIÓN DEL HOSPITAL LA PAZ



Entre la primera y segunda intervención acababa de conocer que había muerto Luis Montes, médico anestesista, gran luchador en defensa de una sanidad pública.
Su compromiso tanto profesional como político se puso a prueba hace ya más de 10 años cuando se conoció una denuncia anónima, que acusaba a 15 médicos de más de 400 muertes en el Hospital Severo Ochoa, a la cual dio crédito la Consejería de Sanidad.
Eran los tiempos nefastos del Consejero Lamela, que destituyó a cinco jefes de servicio y tres supervisores, y el caso llegó a los tribunales. Posteriormente la Audiencia Provincial de Madrid archiva el caso y sentó que no hubo mala praxis médica.
A pesar de todo esto, la derecha más rancia a través de los medios y de los profesionales afines montó su linchamiento, toda una treta planificada para ocultar que Esperanza Aguirre estaba llevando a cabo la mayor privatización de la sanidad madrileña, con la construcció de 7 hospitales de gestión mixta, y 4 de gestión privada.
Fueron tiempos duros en los que Luís recibió numerosos apoyos de amigos/as y compañeros/as, colectivos numerosos en defensa de la sanidad pública, pero también sufrió la sospecha y el rechazo de otros muchos.
El objetivo de Luis fue luchar porque las personas pudieran elegir, también, una muerte digna, que se despenalizase la eutanasia, y así evitar el sufrimiento de los pacientes en estado terminal.
Fue presidente de la Asociación por el Derecho a una Muerte Digna e impulsor de numerosas leyes en varias CCAA, como la que hoy evaluábamos al año de su aplicación.