16 de septiembre de 2016

PROPUESTA NO DE LEY SOBRE LA ATENCIÓN PRIMARIA DE SALUD

EXPOSICIÓN DE MOTIVOS


Desde la Conferencia de Alma Ata, tanto la OMS como la mayoría de los gobiernos comprendieron la necesidad de reorientar los servicios sanitarios públicos hacia la Atención Primaria de Salud, para poder garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso a un servicio esencial como es la atención sanitaria.

La Atención Primaria (AP) debe ser el eje vertebrador de nuestro servicio sanitario madrileño (SERMAS) y esto conlleva desde la promoción y prevención, la coordinación con el nivel de atención especializada y hospitalaria; la coordinación con servicios sociales y comunitarios, así como la planificación, seguimiento y evaluación de la actividad asistencial, la participación de profesionales y de la población en la toma de decisiones, para lo cual se requiere de unos niveles de financiación suficientes.

Una potente y desarrollada AP debe orientar el resto de servicios del SERMAS, tomando en consideración los determinantes sociales de salud para priorizar objetivos y conseguir mejorar los niveles de salud de la población madrileña, disminuyendo las desigualdades existentes.

Los niveles de eficiencia, además de los de equidad, que alcanzan los sistemas basados en la AP son elevados, como lo demostró un estudio llevado a cabo por Bárbara Starfield (profesora de la Universidad John Hopkins) con los sistemas sanitarios de los 12 países occidentales más industrializados, constatando que aquellos que estaban más orientados a la AP presentaban mejores niveles de salud (medidos a través de los 14 principales indicadores de salud) y menores costes.

En la 51ª Asamblea Mundial de la Salud de la OMS celebrada en mayo de 1998, se acordó la “Política de Salud para Todos para el siglo XXI” en la que se establece como permanente objetivo principal el conseguir que todas las personas alcancen plenamente su potencial de salud.

Para su consecución se han formulado: Estrategias multisectoriales frente a los determinantes de salud; programas dirigidos al desarrollo de la salud y de la atención sanitaria; atención primaria orientada a la comunidad y a la familia, con un carácter integrado, con la asistencia de un sistema hospitalario flexible y, por último, potenciar el desarrollo comunitario de carácter participativo, que implique a los agentes relevantes en materia de salud, en el hogar, centros educativos, en el trabajo, así como en el ámbito comunitario y nacional, que promueva tanto la toma de decisiones como la aplicación y la responsabilidad conjunta.

Las necesidades actuales de los problemas de salud imperantes obligan a reenfocar lo que hacemos. Se han dado importantes avances, pero no se están abordando adecuadamente las necesidades de salud y sus determinantes. Nos enfrentamos en este siglo XXI a retos y desafíos en salud más complejos: el envejecimiento y la dependencia, la epidemia de la salud mental, las enfermedades degenerativas, los problemas osteomusculares y el dolor crónico, las enfermedades vasculares y los cánceres, fuertemente relacionados con algunos formas de vida, las drogodependencias, o el problema de salud pública que representa la violencia de género. No son unicausales. Sus causas, sus determinantes, no son en su mayor parte biológicas ni biomédicas, sino que están estrechamente relacionadas con el tipo de sociedad que estamos desarrollando: educación, niveles de renta, vivienda, trabajo, desigualdades sociales, transporte, cambios medioambientales, cambios en el apoyo social, roles y valores socioculturales.
Para afrontar estas necesidades en salud de este siglo, habría que liberar la definición de salud de los límites del modelo biomédico y virar el paradigma dominante centrado en la reparación de la enfermedad al enfoque de inversión en salud, cambiando el centro del sistema de la patogénesis a la salutogénesis, actuando sobre las causas y no sólo sobre los efectos, y priorizar las estrategias de promoción de la salud.

Sin embargo, la ofensiva neoliberal con el impulso del Banco Mundial, grandes multinacionales del aseguramiento, de la biotecnología y la industria farmacéutica, y la propia Comisión Europea impulsaron la reversión y/o paralización en el desarrollo de la AP de esta forma se ha dado paso globalmente a la mercantilización de los sistemas sanitarios.

El Partido Popular ha seguido estas directrices más allá de insistir de forma retórica en que “impulsa” la Atención Primaria. Y la Comunidad de Madrid, donde lleva gobernando más de 20 años, es un claro ejemplo de la implantación de unas políticas que han propiciado el negocio en el sector sanitario, como lo atestigua el incremento de las privatizaciones, las derivaciones a centros privados, los conciertos o la construcción de hospitales con la modalidad PFI y Concesión Administrativa. Mientras mantenía con un claro déficit presupuestario a la AP. 
 
Entre los últimos decretos que destacan en el desmantelamiento de la AP está el del Área Única que hizo desaparecer las 11 Áreas Sanitarias de la CM. Y ha provocando la falta de una gestión racional y coherente de este nivel, alejándola de la participación de los profesionales y de la ciudadanía. 
 
Luego se aprobó el “PLAN DE MEDIDAS DE GARANTÍA DE LA SOSTENIBILIDAD DEL SISTEMA SANITARIO PÚBLICO DE LA COMUNIDAD DE MADRID” que se recogió en los Presupuesto de 2013, que pretendió avanzar en las privatizaciones, aunque las movilizaciones de la Marea Blanca consiguieron frenar, entre otras medidas, la de los 6 hospitales y la de los 27 centros de salud.

Ese Plan incluyó la eliminación de los órganos de participación comunitaria y ciudadana en el SERMAS en clara violación de las normativas legales del Estado y de la propia Loscam.

Y con el RDL 16/2012 de 20 abril, de Medidas Urgentes para la Sostenibilidad del Sistema Sanitario y Mejorar la Calidad y la Seguridad de sus Prestaciones del gobierno del Estado, se excluyó en la Comunidad de Madrid de la atención sanitaria a unas 60.000 personas, y se implantaron los copagos a colectivos como los pensionistas, dificultando a las personas más enfermas y con menos renta su acceso a los tratamientos.

Según las Memorias del SERMAS en 2015 había en la Comunidad de Madrid 6.570.115 personas con derecho a la atención sanitaria. 265 centros de salud y 163 consultorios. Con un total de 69.961 profesionales, 12.308 trabajan en Atención Primaria, de los que 9.867 son mujeres y 2.441 son varones (76,78% son mujeres). Esto da una idea de las ratios de habitantes por profesional que tiene la AP en la CM, ratios que son de los más altos de todas las CCAA.

Uno de los graves problemas del SERMAS es precisamente la precariedad y eventualidad de las y los profesionales. El porcentaje de personal fijo representa el 65,68%, del total, frente al 19,98% de interinos y el 13,96% de personal eventual. Porcentajes que se mantienen como si la necesidad de estos profesionales no fuese estructural.

En AP la precariedad y contratación de las y los profesionales a veces por horas, por días, bordeando la legalidad, es tan habitual que ha sido denunciado en numerosas ocasiones, dado que esta situación no motiva a los profesionales, no se llega a conseguir formar verdaderos equipos, ni consigue una buena calidad asistencial.

Los Centros de salud Docentes no cuentan con el suficiente dimensionamiento de las plantillas para poder hacer compatible su función docente con la práctica clínica.
Las dificultades de la investigación en este nivel es algo que se arrastra desde sus comienzos, esperemos que la Fundación para la Investigación e Innovación Biomédica en Atención Primaria acabe con este atraso. Por otra parte la formación continuada de los profesionales sigue en manos mayoritariamente de la industria farmacéutica.
El gasto sanitario público total del año 2015 es unos 500 millones de euros más que el presupuesto inicial que era de 7.170 millones de €. Para el año 2016 han presupuestado para Atención Primaria 1.854 Millones de los cuales hay que restar lo dedicado a recetas que suma 1.079 millones, luego lo dedicado realmente a AP será de 775 millones de un total de 7.450 millones.

La situación actual de las infraestructuras de AP en la CM es de un deterioro considerable, con viejos edificios, construcciones inadecuadas e insuficientes para atender en condiciones dignas a la población. 
 
Las plantillas acusan una falta de profesionales importante, mucho más en el personal de enfermería, tanto por los ratios que presentan, como por el trabajo que están llamadas a desempeñar en la nueva estrategia de atención a las personas con enfermedades crónicas. También es acusada y desigual la falta de trabajadores sociales y de fisioterapeutas. La falta de Médicos/as de Familia y Pediatras hace que la lista de espera para la primera consulta supere los dos dias, siendo una de las causas de quejas, y de que estos pacientes acudan a los servicios de urgencias hospitalarias.

Por todo ello el grupo parlamentario de PODEMOS presenta para su debate ante el Pleno de la Asamblea, la siguiente


Propuesta No de Ley


La Asamblea de Madrid insta al Gobierno de la Comunidad de Madrid a
  • Recuperar la universalidad de la atención sanitaria como garantía del derecho a la protección de la salud.
  • Elaborar, en el periodo de 6 meses, un Plan de renovación y fortalecimiento de la Atención Primaria con una memoria económica, en el que participen tanto el sector profesional como la población, para su discusión y aprobación en la Asamblea de Madrid.
  • Reorientar el Sistema Sanitario Público hacia una Estrategia de Promoción de la salud y de Salud Comunitaria en donde la AP de salud recupere su papel de agente de salud del paciente y vertebrador del proceso asistencial, y sus características esenciales como la atención integral centrada en la persona y su entorno, la continuidad y longitudinalidad de la atención, y el papel protagonista de la población en todo el proceso.
  • Territorializar la CM en Áreas de Bienestar (o territoriales), donde puedan cooperar y coordinarse los servicios sanitarios (AP, Atención Especializada y Hospitalaria, Salud Mental, Salud Pública), Centros de Madrid Salud del Ayuntamiento y Servicios Sociales y comunitarios.
  • Establecer los órganos directivos y de participación profesional y de la ciudadanía tanto de las Áreas de Bienestar (Territoriales). Profesionalizar la función directiva, dotarles de contenido claro y reforzar su papel de apoyo a los centros de salud con capacidad de decisión.
  • Dotar a la AP de una financiación suficiente, hasta llegar a un 25% del total del presupuesto invertido en sanidad al acabar la legislatura.
  • Orientar la AP hacia los objetivos prioritarios de salud determinados por la realidad sociodemográfica y morbimortalidad de la CM.
  • Promover una estrategia de Salud Comunitaria elaborada conjuntamente con todos los agentes implicados tanto institucionales como sociedades científicas y organizaciones sociales que impulse la Promoción de la salud y la Participación Comunitaria en Salud
  • Dotar a la AP de una organización que permita una mayor eficiencia, a través de la autonomía de gestión de los centros dentro de los límites que aseguren la equidad en la atención, y de acuerdo a los objetivos establecidos por el SERMAS.
  • Los desafíos de la AP deben centrarse en prevenir el fracaso de la enfermedad y discapacidad, la variabilidad de la práctica clínica, superar la inequidad en grupos vulnerables y de alta necesidad.
  • Estudio de los profesionales necesarios para ajustar éstos a la actividad asistencial real, ya que existen diferencias muy notables en la demanda entre los centros de salud de distintas zonas, así como poder desarrollar la actividad docente con los recursos necesarios.
  • Garantizar una estabilidad en el empleo y la cobertura del 100 % de todas las plazas consideradas estructurales. Que no exista contratación temporal, salvo en las sustituciones por ausencias, y que las vacantes, excedencias, comisiones de servicio o reserva de plazas deben cubrirse con contratos de interinidad. Todo ello con la finalidad de dotar de mayor estabilidad en el empleo en condiciones de igualdad y asegurar la continuidad asistencial, tanto en la organización de los Equipos de AP como en la atención a la población.
  • Ofertas Públicas de Empleo periódicas para acabar con la precariedad y responder a los retos de las personas con enfermedades crónicas y al envejecimiento de la población.
  • Plan de mejora de los centros existentes y construcción de los centros de salud y consultorios pendientes en esta legislatura.
  • Reinstaurar los Consejos de Participación de la ciudadanía a nivel de las Áreas de Bienestar y a nivel Zona Básica con carácter vinculante.
  • Negociación de los Contratos Programas en las diferentes Áreas para adaptarlos a las características demográficas y socioeconómicas. 
    Desarrollar estructuras de formación continuada e investigación en AP en todas las áreas con presupuesto y personal, evitando tanto que la mayoría de la misma la financien la industria farmacéutica, como que la investigación en AP dependa de la que se desarrolla en los hospitales. 

    Debido a la abstención del PSOE y C's y el voto en contra del PP fue rechazada.